17 ene 2013

Lo que la tecnología aporta a las nuevas manifestaciones democráticas globales

¿Qué tienen en común las manifestaciones del norte de África, las que están ocurriendo en Madrid y las que se están produciendo en Chile? Todas ellas están siendo protagonizadas por ciudadanos comunes y corrientes que se han organizado en términos horizontales, independientemente de los partidos políticos e incluso contra ellos. Además todas han comenzado con exigencias específicas de mayor democratización para devenir en una demanda de transformación del sistema político en su conjunto. Otro elemento en común es la ausencia de líderes carismáticos y visiones ideológicas cerradas que permitan asignarle algún color específico a estas acciones. Además, y este es el punto más interesante y novedoso, podemos apreciar la utilidad del uso intensivo de la tecnología, especialmente  internet, las redes sociales,  y la telefonía móvil.

En efecto todas estas manifestaciones están siendo coordinadas a través de las redes sociales de un modo que es imposible por los medios tradicionales. Las redes permiten formas de deliberación más democrática que las que permitían los partidos políticos y por otro lado permiten que los miembros discutan con mayor libertad y reflexión que lo que permite el debate tradicional de la prensa o en los medios audiovisuales más susceptibles a la manipulación. En las redes no importa tanto la autoridad de quien argumenta, sino el argumento mismo. Esto sucede porque los ciudadanos así como pueden integrarse con mucha facilidad a las causas propuestas, también pueden abandonarla si perciben mala fe o un intento de manipulación.

Otro elemento a destacar es la forma de participación, ya que el tiempo, el esfuerzo y el riesgo que cada ciudadano asume en este tipo de movimientos es altamente variable, lo que posibilita un arco muy grande de involucramiento por parte de cada cual. Así la suma de los esfuerzos particulares dentro de la acción colectiva recoge tanto la pequeña acción de redistribuir un mensaje en Twitter hasta compromisos más profundos. Ello genera una invitación a participar que permite a cada uno participar a su modo, de acuerdo a sus propios intereses y capacidades y con la ventaja del anonimato si es que se desea, lo cual minimiza los costos y riesgos en contextos poco democráticos. Esto da pie para que personas que con los métodos tradicionales de acción no participarían puedan ahora hacerlo y realmente colaborar en el esfuerzo colectivo.

Este es caso de Anonymous y su ya famoso lema “somos legión”. Anonymous es un movimiento trasnacional, descentralizado, sin lideres ni voceros y altamente flexible. Si a los partidos políticos suele asociárseles con metáforas como las de un aparato monolítico y poco permeable, Anonymous puede comparase entonces con el agua que todo lo penetra y que no puede ser atrapada con el  tenedor habitual de la represión estatal. Anonymous remite a un movimiento sin una cabeza visible, de personas corrientes que desean seguir siéndolo, que se coordina en foros a través de internet para llevar a cabo acciones virtuales como los ataques de denegación de servicio que tumban web de partidos, empresas o gobiernos, que es lo más parecido a plantarse ante un ministerio en la realidad material. Para ello Anonymous cuenta con varios instrumentos informáticos, que hasta el más ignorante en tecnología puede usar con plena seguridad, como el software LOIC que el ciudadano interesado puede descargar y que permite ya sea desde la comodidad del hogar o desde un teléfono celular participar junto a otros cientos de miles en una ciberprotesta. Anonymous combina estas acciones con la participación en la calle con movilizaciones en que suele usarse la máscara del protagonista de Vendetta, personaje ya mítico en los movimientos en Internet (De hecho ya están planificando acciones contra HidroAysén). Sus éxitos han sido relevantes movilizando a miles y socializando los problemas que los motivan. Lo que resulta llamativo desde la perspectiva política tradicional es que Anonymous renuncia explícitamente a ser representados por algún liderazgo, ya que se define como antes se indicaba como un movimiento de personas comunes que quieren seguir siéndolo y no manipulados por los distintos liderazgos y las ideologías dominantes. Su base es la búsqueda de mayor democracia y su medio es la libertad y transparencia que la red posibilita.

Otros grupos tienen un carácter más reducido y especializado que tienen como objetivo la búsqueda y redistribución de la información que es considerada fundamental para el ejercicio del debate público. Tal es el objetivo de la ya célebre Wikileaks, que a esta altura nadie razonablemente puede negar su impacto e importancia. No se trata, como dijo tan equivocadamente Vargas Llosa, de simples chismes. La evidencia de grandes casos de corrupción, de los mecanismos de recogida de información por parte de EE.UU. y como colabora y coacciona a otros gobiernos, la descripción de la vida en el campo de concentración de Guantánamo, entre otros crímenes de guerra y otros muchos secretos filtrados son más que una evidencia de su impacto en la política internacional. Otra organización importante es Indymedia que se define como la agencia global de información del movimiento altermundialista o antiglobalización. Indymedia es sostenido por cientos de activistas de muchos países, también Chile, que distribuye notas, convocatorias, fotos y videos de acciones denunciando a los gobiernos y empresas y organismos económicos internacionales. Indymedia tiene una visión ideológica más definida que otros movimientos.

Otro grupo importante es Nodo50 que entrega un soporte técnico especializado a diversas organizaciones de pocos recursos de todo el mundo. Nodo50 se define a sí mismo como el movimiento de contrainformación en la red para enfrentar la visión de mundo e informar de los problemas que los medios tradicionales no entregan. Avaaz por su parte opera como un acupunturista que define acciones concretas y globales de protesta contra gobiernos e instituciones que violan los derechos humanos. Para participar los ciudadanos registran sus correos en los que reciben una alerta de acciones especificas que van desde detener una pena de muerte a la promulgación de leyes penales contra la homosexualidad o bien llevar equipos de comunicaciones y computadores para ayudar a las protestas en el norte de África y mantener abiertas las comunicaciones contra los gobiernos que atentan contra sus pueblos. Los participantes de Avaaz gastan en promedio menos de un minuto en llevar a cabo una acción que mirada desde lo colectivo lleva a resultados muy positivos como el salvar vidas.

Democracia ya, que en estos días está conmoviendo la política española, opera en base a las redes sociales más básicas como Facebook y Twitter en acciones virtuales, encuentros y acampadas en las principales plazas del país. Su composición es altamente heterogénea; jóvenes cesantes (en el paro), estudiantes, trabajadores precarios, etc., y con gran inteligencia han logrado plantear la subordinación de los gobiernos a las entidades financieras. Un elemento importante es que el movimiento vehiculiza una gran cantidad de material visual (fotos, videos) para mostrar y documentar el accionar del movimiento, sus logros, así como para denunciar desmedidas respuestas policiales. Esto resulta particularmente importante, ya que poder mostrar lo que sucede es fundamental para la amplificación de los movimientos y ayuda a prevenir una represión desmesurada. Podrían citarse otro importantes movimientos que se han adaptado a la participación en red, pero lo que se trata es mostrar unas lógicas nuevas más que un catalogo de movimientos sociales.

Los manifestantes de nuevo cuño virtual han entendido que en las redes e Internet en general no puede decirse nada que no pueda repetirse delante de un juez. De este modo la transparencia completa lejos de debilitarlos los cohesiona y e inmuniza ante las infiltraciones indeseables.

Pero tampoco hay que ser ingenuo, como señaló Julian Assange en una reciente conferencia, las redes sociales como Facebook y Twitter son esencialmente débiles a la hora de mantener secretos así como la intimidad de sus miembros. Más aun es posible hacer un mapa de relaciones de un usuario, lo que implica un peligro para la autonomía en contextos antidemocráticos. Este peligro proviene como señala Assange de que ambas redes están en manos de privados, es decir no son un bien público, y están bajo la ley de los EE.UU. Por ende los datos son accesibles y permiten crear un perfil político. Pero también ya se están diseñando otras formas de redes que se espera tengan un funcionamiento autorregulado sin una gestión centralizada.

Finalmente es una buena noticia que el interés por la política haya vuelto de manera novedosa, actualizada a nuestros tiempos y con mayor sentido de la democracia del cual los políticos tradicionales parecen carecer.

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